AGUA iguel Ángel Bastenier, maestro de periodistas, repetía esa frase. ¿Cómo será entonces la construcción de todo un mundo? En el Este, desde don-de siempre alumbraron las civilizaciones, avanza el —seguramente— mayor proyecto de transformación económica acometido por una sola nación hoy por hoy. La zona de Al-UIa conecta aquel mundo antiguo con el nuevo. Fue un enclave comercial en el cruce de la seda y el incienso, y gracias a legados como Hegra merece el título de Patrimonio de la Humanidad. Resucita, verdea el lecho reseco del cauce donde se asienta. Al tesoro de petrogli-fos milenarios en nabateo o arameo suma el auditorio Maraya, el mayor edificio de espejos en el mundo. La recorren tranvías, biciclietas y bug-gies eléctricos, proyecta su resilvestración y todo el complejo podría ser neutro en carbono en 2035. Y sin embargo empequeñece frente a la escala de The Line, la smart city que quiere distribuir un millón de habitantes en núcleos urbanos