DIGITALIZACIÓN des mutarán. Tenderán a la clásica medida humana en el hábitat que pretenden las smart cities. La Comisión planea que en 2030 todos los nuevos edificios sean neutros en carbono, cuando hoy son los mayores consumidores energéticos, el 40%, y generan el 36% de las emisiones por su adicción fósil. Según la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) españolas, la digitalización y los nuevos procesos constructivos aumentarían la rentabilidad del sec-tor hasta un 5%. La transformación alcanzará tal calibre que en princi-pio casi el 30% de los fondos europeos corresponderá a esta partida. digitalizo, luego existo No es un juego de palabras. La digitalización se resume en que el regis-tro sistemático del dato permite medirlo todo. Solo lo medible existe. Y solo lo existente se puede optimizar. Este axioma explica la inversión público-privada de 140.000 millones de euros prevista en infraestruc-turas hídricas y digitalización de regadíos, cobertura de satélites y dro-nes o gestión inteligente de acuíferos. El agua fluye por el Pacto Verde Europeo, y la capacidad industrial de la desalación y la depuración pro-meten acercar al derecho humano al agua. El mismo principio rige sobre al derecho a la energía limpia, renova-ble y lo más local posible. Como enseña inhumanamente la guerra de Ucrania, el grifo energético es un arma para el amo de los pozos. Puede traducirla de inmediato en escasez, inflación, incluso estanflación, en el freno a todo proyecto de transformación por la caída a plomo de los recursos. ¿Cuántos? Según el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, lograr esa independencia vital para Europa requiere inversio-nes de 520.000 millones de euros al año hasta 2030 en infraestructuras renovables y tecnologías digitales de eficiencia energética. conciencia y rumbo de la (r)evolución Solo 39 años, autora de ¿Te va a sustituir un algoritmo?, curtida en asesorar a instituciones como Presidencia del Gobierno, el Congreso de los Diputados o la Comisión Europea, entre otras. Es una referencia en el hinterland compartido por economía, tecnología y corazón para que la gran transformación proteja las democracias. “Debemos preocuparnos de que se cumplan las promesas de bienestar y progreso que están detrás del contrato social”. LUCÍA VELASCO DIRECTORA DEL OBSERVATORIO DE TECNOLOGÍA Y SOCIEDAD (ESPAÑA) “Las infraestructuras pueden ser un enorme multiplicador económico” Según el modelo de digitalización de ACCIONA, la transfor-mación en cualquier empresa o incluso todo un país debería entender el principio de incertidumbre de Heisenberg: lo que fue no volverá a ser. La tecnología siempre está cambiando. A partir de esa premisa, asumir por qué no es una opción, para qué es imprescindible, y desatar la voluntad de trans-formar a fondo. Así será más fácil otro requisito clave: el cambio cultural, atraer aliados de ese cambio. Desplegar una estrategia común, coordinada, con objetivos claros y marco normativo. Y favorecer el entorno empren-dedor, los ecosistemas de innovación, la inversión en I+D y la contratación de investigadores. El cambio cultural trasciende a empresas e instituciones, es una cuestión de Estado. La educación digital y en general STEM debería incorporarse en los ciclos más tempranos, y desde allí permear todo el sistema formativo. El proceso de aprendizaje y reciclaje no acaba nunca.