inercia se ha convertido en una superpotencia reguladora”. Pero algunos movimientos en el tablero buscan el equilibrio entre esa orientación más humanista y la competitividad económica necesaria para alcanzarla. Por ejemplo, la Digital Services Act fija unas reglas claras para los negocios que deseen acceder al mercado único, exige más responsabilidad a las grandes plataformas digitales y vigila que los algoritmos no escondan sesgos discriminatorios. Los famosos 750.000 millones de euros de Recuperación y Resiliencia amplían los lindes para que cada nación dedique al menos un 20% a ini-ciativas digitales. “Alemania quiere gastar más de la mitad de sus fondos en digitalización, mientras Francia, Italia y España, una cuarta parte o menos”, estima Sylvie Sejournet, gestora del fondo Pictet Digital para for-talecer la presencia europea en las cadenas de valor, incluyendo la IA como tecnología madre de tecnologías. Es una voluntad de reafirma-ción, casi de amor propio cuando el 60% de los móviles del mundo son chinos y el continente sufre cuellos de botella en energía fósil el gran cambio tendrá lugar primero en la mente, en el futuro a través de las escuelas el papel de ACCIONA en el HUMANISmo digital