ENTREVISTA somos creyentes, dinamizadores de ese cambio cultural. ¿También se proyecta hacia fuera de la empresa? A veces la tecnología nos da miedo porque nos enfrenta a retos descono-cidos, nos saca de la zona de confort. Sin embargo, estamos consiguiendo lo contrario, que nos una como nunca a nuestros clientes. Cerrar un contrato puede ser difícil, hablar de la parte técnica de un proyecto es duro, pero cuando compartes con un cliente cómo puede ayudarle la tecnología, esa conversación fluye, la abraza, porque ya todos son conscientes de que necesitan digitalizarse. Nos ponemos en el lugar de una persona que debe asegurar un suministro de agua 365 días al año, hablamos de sus necesidades de una forma cercana, paso a paso, a veces sin men-cionar ni un solo término técnico, no hace falta. Y cuando se implanta la solución y ese cliente la vive, se estrecha el vínculo y empezamos a colaborar en otros proyectos de cambio. Lo mismo puede decirse de los socios y la cadena de valor, estimulamos su digitalización para que sean más productivos, más ágiles, más innovadores, y así nos ayudan a ser más productivos, más ágiles e innovadores. Formamos un ecosistema de colaboración y además del cambio gestionamos otro factor crucial, la velocidad. Solo un ritmo razonable adaptado a cada cliente afianza de verdad la transformación. ¿Cómo están evolucionando las infraestructuras en ese proceso? Cuando digitalizas un proyecto, lo estás materializando, tienes un histó-rico, una previsión de obra, un valor de avance. Con tanta información al minuto, todo lo puedes optimizar. Pero además nos lo empiezan a demandar los clientes. No solo hacemos un puente, sino el activo digital del puente con la proyección del diseño a 25 años para prever cómo vive, “seremos una compañía más dinámica y tecnológica, más sostenible y colaborativa, más valorada”