recuperar soberanía “La UE está decidida a que la transformación digital beneficie a perso-nas y empresas, que contribuya decisivamente a alcanzar la neutralidad climática en 2050, a consolidar su soberanía en esta Década Digital con sus propias normas centradas en datos, tecnologías e infraestructuras, en lugar de seguir las de otros”, explica la Comisión. Porque a veces esa brújula ha estado imantada, con un rumbo con-fuso, como cuando no ha favorecido la creación de campeones naciona-les, grandes corporaciones capaces de disputar el partido global. Por esa brecha se colaron las big tech estadounidenses y las plataformas chinas. “La Unión ve la revolución digital desde una perspectiva más econó-mica y humanista, que trata de reducir las vulnerabilidades y las intro-misiones, y no desde el prisma de crear un orden tecnológico próximo a sus valores e intereses”, analiza José Ignacio Torreblanca, director de la oficina del European Council on Foreign Relations en Madrid. “Y por el papel de ACCIONA en el HUMANISmo digital Europa llegó a fabricar el 40% de los microchips globales, hoy ronda el 10% y quiere doblar esa cuota en 2030. el papel de ACCIONA en el HUMANISmo digital Experiencia planetaria. La matriz es europea, la compañía es global. Ese conocimiento cruzado entiende cómo digitalizar las infraestructuras europeas con esa visión social y el valor añadido de las buenas prácticas aprendidas en mercados y regiones diferentes. Evolución 5.0. Tras la industria 4.0 asoma la 5.0 de cooperación hombre/máquina enfocada en el bienestar humano y la salud del planeta. ACCIONA ya encarna esa evolución sostenible acreditada en premios, rankings e índices, en su metodología de Gestión del Impacto Social aplicada desde la concepción de cada proyecto y en el concepto de Regeneración: no solo restañar las heridas del desarrollo insostenible sino ir más allá en la recuperación de comunidades y ecosistemas. Efecto en red. El cambio cultural es la condición imprescindible, pero no suficiente porque la digitalización es una empresa colectiva que trasciende a cualquier organización. De ahí que la compañía la planifique como un cambio interno proyectado al exterior, que compromete en esa causa común a sus socios, proveedores, grupos de interés y clientes. Ese efecto en red puede multiplicar el rendimiento económico y el beneficio social de las infraestructuras. Escala industrial. La digitalización no cambia el para qué trabaja ACCIONA, pero revoluciona el cómo. Nada le es ajeno, implica la orientación total al dato, automatizar y robotizar instalaciones, digitalizar cadenas logísticas, cadenas de ingeniería de diseño y producción, operaciones, procesos y flujos, y hacerlo al ritmo necesario para cada cliente. Con todo el arsenal: sensórica y analítica avanzadas, inteligencia artificial, gobierno del dato, centros de control inteligente, economía circular, gemelos digitales, Internet de las Cosas, 5G y ciberseguridad... ¿Qué consigue además de un salto en eficiencia? El salto de escala, industrializar las infraestructuras para servir mejor a muchos más millones de personas.