CUANDO una infraestructura soporta más PRESIONES POLÍTICAS que FÍSICAS. por Patricia Alcorta El ingeniero responsable de este puente sobre el río Águeda —junto a Ciudad Rodrigo, cerca de la frontera lusa— acudió a la inauguración acompañado de sus dos hijos pequeños. Uno de ellos contaría mucho después cómo, al paso del primer tren, vio a su padre santiguarse. No es que José Entrecanales dudase de su obra. Es que el trá-fico estaba cortado desde hacía meses por el colapso de la vieja estructura y el gobierno urgía a la empresa Entrecanales y Távora. A ambos, gobierno y empresa, les metía prisa par-te de Europa porque la línea férrea trazaba la conexión directa entre Francia y Portugal. Cumplieron, la nueva infraestructura estuvo lista en apenas 13 semanas y para lograr ese récord, difícil hoy, inaudito en la época, hasta el recién casado jefe de obra tuvo que sus-pender su luna de miel. Fue uno de los más de cincuenta puentes ferroviarios que la compañía levantó entre 1940 y 1948, ganados en concursos libres no solo para reconstruir los que devastó la guerra, sino para sustituir con estructuras de hormigón y cimentaciones profundas —especialidades de la casa— los antiguos puentes metálicos, incapaces de soportar una nueva generación de locomotoras mucho más pesadas.