EL SERVICIO PÚBLICO DE UN SERVICIO PRIVADO Por un lado, las legislaciones comunitarias y nacionales presionan con medidas como las zonas de bajas emisiones y obligan a los edificios no resi-denciales a instalar un mínimo de puestos en sus parkings, lo que emplaza a administraciones y empresas a electrificar sus flotas con el consiguiente soporte tecnológico. Y por otro, crece la demanda social de ciudades más respirables, menos ruidosas, y de un nuevo modelo de movilidad. Un modelo que Fernando Moliner, máximo responsable del negocio de recarga en ACCIONA Energía, reivindica como uno de los motores de la transición: “Además de contribuir a una movilidad conectada, autó-noma y compartida, el coche eléctrico es un vector de almacenamiento, de integración en red y generación distribuida, ya que la infraestructura de recarga eléctrica puede ser mucho más capilar que la de las gasoline- Para multiplicar el número, aún escaso, de puntos de recarga en España, el ser-vicio ofrece facilidades como la no inversión inicial por parte de los clientes. La compañía irrumpió en el mercado de la recarga en 2021 con un servicio integral que aprovecha su experiencia en generación, gestión y distribución. EL SERVICIO PÚBLICO DE UN SERVICIO PRIVADO • Entre instalaciones propias y de terceros, la compañía gestiona 1.000 puntos con el objetivo de alcanzar 5.000 en 2030, una parte considerable de ellos en propiedad y de recarga rápida. • Su cartera de clientes incluye a ayuntamientos, diputaciones y empresas para hacer cada vez más tupida y capilar la red nacional. Por ejemplo IKEA —567 plazas en 16 sedes, centros comerciales y logísticos para empleados, proveedores y clientes— o Cushman & Wakefield, con 172 puntos en cinco centros comerciales. Aliada con la especialista Qwello, instala puestos públicos en ciudades españolas con el objetivo de expandirse por Europa. • Implica un salto operativo en gestión de datos de accesibilidad, estadísticas de uso y consumo, facturación, etc., tanto en redes propias como ya existentes. • Su tecnología V2G permite la comunicación bidireccional entre vehículo y sistema eléctrico. Las baterías pueden almacenar energía e inyectarla en sistemas de autoconsumo o devolverla a la red. Así contribuyen a la economía del cliente y a asegurar el suministro general.