comienzos del siglo XIX, solo el 3% de la población mundial era urbana. En 2050 superaremos el 70%. Las ciudades desmesuradas pondrán muy difícil su sostenibilidad ambiental y social, la calidad de vida. Hay que redoblar la apuesta: no conformarse con la reducción de emisiones hasta la neutralidad, sino desarrollar soluciones con un impacto neto positivo. Capaces de regenerar. ¿Cuáles? Entre ellas, los bosques en general y en particular los de ciu-dad porque regulan los microclimas urbanos, amortiguan oscilaciones térmicas, filtran la contaminación aérea, oxigenan, captan CO2, previe-nen inundaciones, proyectan un paisaje natural con efectos terapéuticos en la psicología humana. Por no hablar de la revalorización de la ciudad como hábitat más saludable. La jungla de asfalto ya no inspira ni al rock. MEDIO AMBIENTE