metros cuadrados repartidos en cinco niveles. Planta 3 más terraza (125 metros cuadrados), Planta 2 (1.740), Planta 1 (2.503), Planta 0 (3.614) y Planta Jardín (3.671). ¿Su filosofía? “La sostenibilidad, la emisión casi nula de CO2 y a la vez un impacto social positivo”, resume Teresa Saez, gerente a cargo del proyecto por la división inmobiliaria de ACCIONA, el cliente interno que encarga la reforma al negocio de construcción de la compa-ñía. “Ha recuperado todo el carácter del edificio —añade Saez—. Si ade-más está implicado el equipo de Norman Foster, la exigencia es máxima”. energía propia El complejo es un juego de rayuela. La nave incorpora más de 10.000 toneladas de ladrillos del proyecto primigenio de Landecho. Los han reutilizado, limpiado, encajado en los lugares oportunos, y allí donde habían desaparecido los originales, han integrado modelos idénticos. En el interior, una veladura blanca —también técnica pictórica— sobre “lo hemos transformado en un espacio único” La zona de oficinas se escalona en varios niveles construidos en madera. Cálidos, diáfanos, flexibles, respiran con el espacio holgado entre su estructura y la carcasa original del edificio. “lo hemos transformado en un espacio único” Para Andrés Pan de Soraluce, CEO del negocio de inmobiliaria en ACCIONA, no solo se trata de recuperar una pieza patrimonial, sino de “aplicar un modelo ejemplar de sostenibilidad” para que un edificio en total desuso se convierta en una referencia de la rehabilitación urbana. “La intervención logra reducir la huella de carbono un 25% respecto a la nueva construcción y la energía operativa se calcula entorno a un 35% por debajo de las expectativas normales”, apunta. También destaca que suponga “la mayor intervención porcentual de madera realizada en Europa”. Y no cualquier madera, sino de origen sostenible y procedente de bosques locales para reducir el impacto de su transporte. En estado natural ya ha absorbido 1.600 toneladas de CO2 y además se ha usado para construir una estructura interior totalmente desmontable y reciclable. “Que un edificio en riesgo de demolición —continúa el directivo—, en un entorno degradado, donde se producía energía a través del carbón, sea hoy un icono de sostenibilidad, rehabilitación, arquitectura, diseño y conectividad, no solo convierte Ombú en un espacio novedoso. Me atrevería a decir que lo hemos transformado en un espacio único”. ¿Ese valor se transmite a la ciudad? En opinión de Pan de Soraluce, para Madrid es muy buena noticia que la zona de Mendez Álvaro donde se levanta el proyecto experimente una reconversión total, que antes se concentraba en otros distritos al oeste y al norte. “Tenemos un rol clave en esta reconversión, en línea con la política de actuaciones globales y no puntuales de ACCIONA”. De hecho, la compañía firmó el primer proyecto Build to Rent en Méndez Álvaro con 135 viviendas y actualmente desarrolla otras 455 en la promoción de ese tipo más importante de Madrid. “Estas actuaciones están modernizando y rejuveneciendo esta zona de la urbe y ahora la apertura de Ombú revaloriza a altos niveles el mercado de oficinas, además de aportar un punto de encuentro estratégico”.