CÓMO FUNCIONA Pero incluso latitudes tan distantes comparten el objetivo global de desarrollar fuentes de energía renovables. Para descarbonizar y también satisfacer una demanda que crecerá un 30% en los próximos 20 años, según la Agencia Internacional de la Energía. Será como añadir otra China y otra India. Por eso hay que optimizar toda la generación posible, y por eso son fundamentales las ventajas tecnológicas de las centrales termosolares. Especialmente, su capacidad de almacenar la energía procedente del sol en tanques de sales fundidas para después convertirla en electricidad y verterla en la red en cualquier momento del día o la noche. “El futu-ro de las renovables pasa por el almacena-miento masivo y la tecnología termosolar de concentración demuestra que se puede y se adapta a diferentes mercados internacio-nales”, explica Javier López Sanz, respon-sable técnico de proyectos I+D+i en el área Industrial del negocio de Construcción en ACCIONA. Según José Fernando Gallego, responsa-ble de I+D+i en la misma área, “esta tecno-logía concentra la energía solar sobre una línea, en el caso de los cilindro parabólicos, o en un punto en las plantas de torre, para calentar un receptor por el que pasa un fluido caloporta-dor que convierte la energía solar en energía térmica para multitud de aplicaciones”. Producir electricidad, por supuesto, o vapor para proce-sos industriales, por ejemplo. el desafío de la fabricación Pero alcanzar ese óptimo exige estandarizar la fabricación de compo-nentes y su montaje con el fin de abaratar costes. Es un enorme reto para los heliostatos, los espejos especiales sobre peanas móviles que se orientan como los girasoles: “Su diseño tiene que alinearse continua-mente con los talleres de fabricación de componentes para minimizar las facetas de los espejos necesitan máxima calidad óptica y además rigidez