como el desarrollo sostenible. Es lo que hace precisamente el I+D de ACCIONA para mermar la huella carbónica de este material con más de dos milenios de servicios. Como la división de Infraestructuras no es fabricante, su Dirección Técnica asume el reto de reducir el alcance 3 de las emisiones (las indirec-tas asociadas a la cadena de valor). Esto aumenta su contribución a la neu-tralidad carbónica del sector a mediados de siglo: “Hace cinco años quizá hubiera sido más escéptico. Pero, viendo el ritmo al que evolucionan algu-nas de las técnicas clave en el desarrollo de hormigones sostenibles, ahora estoy convencido de que es factible esa neutralidad para 2050”, añade Vera. Propiedades estructurales compatibles Los hormigones fabricados a partir de cementos con altos contenidos en adiciones (y por tanto un menor volumen de clínker), al liberar menos calor durante su curado, mejoran su durabilidad porque tienden a fisurar menos por retracción térmica. Esta es una ventaja muy relevante en presas, por ejemplo. “En términos generales, los sostenibles aseguran una mayor durabilidad en ambientes marinos, para infraestructuras portuarias y offshore”, explica José Vera. “Uno de los roles del Grupo de Hormigones —continúa el experto— es optimizar las recetas de hormigón en nuestras obras y siempre lo enfocamos desde el punto de vista de la sostenibilidad”. Entre ellas, un muelle para submarinos en el Arsenal Militar de Cartagena y la ampliación de la Terminal de Contenedores del Puerto de Cádiz. En esta última, ha empleado unas 115.000 toneladas de hormigón verde con escorias de alto horno para fabricar ocho cajones de más 63 m de longitud, 24 m de ancho y 20,5 de profundidad, equivalentes a la altura de un edificio de siete plantas. Otro ejemplo: la obra Malolos-Clark Railway Project, en Filipinas, con hasta un 35 % de cenizas volantes como sustitución del clínker en más de 500.000 m3 de hormigón. Sin embargo, en algunos casos “presentan unas resistencias a edades tempranas inferiores a los convencionales y pueden no ser los más adecuados para prefabricados y elementos pretensados”. Por tanto, aquí seguirán siendo recomendables los cementos con alto contenido en clínker. Pero vuelve a hacer su magia la innovación: la producción de clínker puede minimizar su huella carbónica si emplea hornos eléctricos alimentados con renovables, ahora en desarrollo, o si el CO2 emitido se captura y almacena o se utiliza de forma permanente.