Ángel Fernández HomarPresidente de la Fundación para la Economía Circular “Llegaremos a la economía circular por pura necesidad, y espero que por convencimiento” CUANDO ALGUIEN ES ESPECIALISTA POR FORMACIÓN Y PROFESIÓN EN ENERGÍA, COMBUSTIBLES Y EN SOSTENIBILIDAD, GESTIÓN Y TRATAMIENTO DE RESIDUOS, ES POSIBLE QUE TODo su CONOCIMENTO CONFLUYA EN LA DEFENSA DE LA CIRCULARIDAD COMO SINÓNIMO DE SUPERVIVENCIA. POR EJEMPLO, ÁNGEL FERNÁNDEZ HOMAR. Europa fija la reindustrialización y la soberanía energética y de recursos como retos estratégicos. ¿Contribuye la economía circular? Dependemos de una forma inaceptable de los recursos provenientes de fuera de la Unión, especialmente de China, para mantener la ca-lidad de vida en condiciones ambientalmente aceptables. Y salir de esta trampa solo se conseguirá con un cambio urgente del modelo económico hacia otro que mantenga los recursos vivos y sanos por un tiempo muy superior al actual. Un residuo es un recurso que ha enfermado. Se trata de aplicar una medicina preventiva con un mejor diseño de los productos, reutilización, remanufactura, uso comparti-do, etc., para alargar la vida del recurso con calidad. Cuando, a pesar de nuestros esfuerzos, algún recurso enferme, nos quedará la medicina curativa del reciclaje. A esto le podemos llamar reindustrialización o adaptación de nuestra economía al nuevo paradigma. ¿Entonces llegará a ser una de las grandes industrias? ¿En qué plazo? Suficientes estudios demuestran que el nuevo modelo será un crea-dor neto de puestos de trabajo y de mayor calidad. Tenemos que ver la economía circular como instrumento para alcanzar gran parte de los ODS, lo que implica necesariamente un desarrollo positivo no solo en el ámbito económico, también en el social y el ambiental. Pretende-mos cambiar un modelo gestado durante los últimos 150 años, y sin grandes tensiones que podrían hacer fracasar ese tránsito. Será pau-latino, aunque no debe ser lento, para que la sociedad lo asuma de una forma natural. Deberemos adaptar legislaciones, modelos fiscales, industrias, el mundo educativo, el mundo financiero, toda la sociedad en definitiva. Esto requerirá de mucha actitud positiva en quienes de-ben impulsar los cambios, llegar a acuerdos que superen los desen-cuentros respecto a las estrategias, aunque se coincida en el objetivo. Necesitaremos mucha inteligencia emocional y capacidad de coope-ración. Llegaremos a conseguirlo por pura necesidad, y espero que por convencimiento. Pero, siendo realista, creo que no será un tránsito tranquilo. ¿La conciencia social presionará a favor de ese tránsito? Sin duda, será imprescindible la participación ciudadana para abor-darlo con éxito. Una persona concienciada lo es si primeramente es una persona informada. Es fundamental un proyecto informativo por parte de motores sociales como administraciones, sindicatos, aso-ciaciones empresariales, asociaciones de vecinos y consumidores, el mundo educativo, medios de comunicación, incluso las entidades de-portivas, etc. No hay que despreciar la importancia de llegar a un con-senso entre todos ellos. Ese consenso debe lanzar un mensaje ho-mogéneo que permita al ciudadano de la calle conocer la información adecuada y la forma en que él puede colaborar. ¿Otros motores como normativas, tecnologías o incentivos son necesarios? Ya se está legislando en ese sentido, pero queda mucho que cambiar y por lo tanto mucho que legislar. A pesar de la prisa, conviene ana-lizar la capacidad de la sociedad para asimilar esas nuevas normas. Será fundamental incentivar una fiscalidad positiva para disminuir los costos laborales en las actividades de reparación, reutilización o reci-claje, o imposiciones más favorables a las piezas de repuesto. La mis-ma observancia de calidad circular para los productos importados. Y diseñar con criterios de ecodiseño, lo que implicará formar a los profe-sionales de esa labor. ¿Está preparado un mundo acostumbrado al usar y tirar a un cambio de mentalidad tan profundo? Por eso la solución pasa por hacerle ver las ventajas y ponérselo fácil después de informarle adecuadamente.